Una jitanjáfora es una palabra inventada que, en principio, no tiene significado.
Su significado puede aportarlo el contexto o lo que le sugiere al lector. El
término, jitanjáfora, fue acuñado por el escritor mexicano Alfonso Reyes en un
artículo de 1929, quien a su vez lo extrajo de un verso del poeta cubano
Mariano Brull, que dice: “Filiflama alabe cundre ala olalúnea alífera alveolea
jitanjáfora liris salumba salífera”. Pero el uso de palabras inventadas es muy
antiguo en literatura. Podemos verlo, por ejemplo, en el poema “El Galimatazo”
(traducción libérrima de Jabberwocky), incluido en la novela “Alicia detrás del
espejo”, de Lewis Carroll.
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Fragmento de El Galimatazo de Lewis Carroll. |
También encontramos este recurso en el famoso poema del creacionista chileno Vicente Huidobro, “Altazor”:
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Fragmento de Altazor de Vicente Huidobro. |
No olvidemos el capítulo 68 de "Rayuela", de Julio Cortázar, agudamente erótico, donde el genial argentino escribe, entre otras cosas:
“Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso y caían en hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes. Cada vez que él procuraba relamar las incopelusas, se enredaba en un grimado quejumbroso y tenía que envulsionarse de cara al nóvalo…”o
“en un momento dado ella se tordulaba los hurgalios, consintiendo en que él aproximara suavemente sus orfelunios. Apenas se entreplumaban, algo como un ulucordio los encrestoriaba, los extrayuxtaba y paramovía, de pronto era el clinón, la esterfurosa convulcante de las mátricas, la jadehollante embocapluvia del orgumio, los esproemios del merpasmo en una sobrehumítica agopausa”.
En fin. Las
jitanjáforas me dieron la idea para una actividad allá por el tiempo (años 80)
en el que me dedicaba a impartir Talleres Literarios para niños y, más tarde,
para profesores de literatura. En la actividad proponía a los alumnos la
invención de palabras inexistentes. Y de su definición. Así lo
explicaba en un breve proemio que hice para la publicación de una antología de
la producción de los chicos y chicas en una prestigiosa revista literaria de la
época:
Y aquí está parte
del léxico fantástico creado por aquellos niños y niñas:
Félix Morales Prado